Campañas Solidarias
Todos los años se celebra en el centro “LA CAMPAÑA DE NAVIDAD”, en la que se recogen alimentos físicos, alimentos virtuales y regalos para los ancianos de algunas residencias. Los alimentos “físicos” se distribuyen entre varias parroquias, comedores sociales y familias cercanas en situación precaria. Los regalos para ancianos son distribuidos por Mensajeros de la Paz del Padre Ángel. Los “alimentos virtuales” son una forma práctica de poder adquirir alimentos en el país de origen, evitando así los costes de transporte y aranceles. Las familias pueden comprar unas tarjetas que representan los alimentos básicos, por el valor que éstos tuvieran en el país de destino. El dinero recaudado se envía a diferentes misiones de las Hermanas.
Con motivo de la celebración de la "Campaña contra el hambre", organizada por Manos Unidas, todos los años se dedican tutorías para sensibilizar a nuestros alumnos sobre este gran problema que azota nuestra sociedad. Apoyándonos en materiales de Manos Unidas y propios, mostramos a nuestros alumnos la dura realidad de los países en vías de desarrollo, animándoles a colaborar para poner su "pequeño grano de arena". Esta campaña culmina con la celebración del "Bocadillo Solidario", en el que la gran mayoría de nuestros alumnos donan una determinada cantidad de dinero "comprando" un bocadillo y una bebida. Durante un recreo los alumnos comparten esta experiencia en un ambiente solidario y lúdico. Parte del dinero recaudado es enviado a Manos Unidas y otra parte se dedica a un proyecto de las Hermanas en alguna de sus misiones.
Campamentos de verano corazonistas durante la primera quincena de julio, en distintos lugares de la geografía española, a los que se convocan a alumnos de los todos los centros de la Congregación.
Periódicamente, alumnos de ESO y Bachillerato acuden a Cottolengo, residencia de personas discapacitadas, para colaborar en las tareas de la residencia. Sara López- Maroto, que ya ha acudido en varias ocasiones, nos describe lo que es para ella el voluntariado en esta residencia: "Puede que Cottolengo no sea el lugar más feliz del mundo. Puede que al subir las escaleras te quedes helado al escuchar algún sollozo o grito de más.... Pero como experiencia es lo más auténtico que puedes vivir: en realidad no son un grupo de mujeres enfermas, son niñas encerradas en un sociedad de difícil comprensión: niñas que buscan amor, que te abrazan y besan en ocasiones y que te miran con la muda súplica de que las lleves a dar un paseo. Y cuando acaba la mañana agotadora después de pasear, dar de comer, cocinar, incluso fregar, etc., te quitas la bata blanca con la sensación de haber contribuido realmente a hacer algo con tu vida, con una satisfacción a nivel personal que no se puede comparar con nada"